Me
acabo de terminar este cómic firmado por el historietista francés David B. El tema es que ya hace tiempo que iba tras él, pero no ha sido hasta
hace un par de semanas cuando me pude agenciar una copia. “Epiléptico” apareció
originalmente en cinco partes que se publicaron entre los años 1996 y 2003 bajo
el título de “La ascensión del gran mal”. La epilepsia en francés es
el haut mal-gran mal-, revelando una concepción misteriosa
de esta afección, que como la mayoría de las enfermedades mentales fue de
difícil comprensión durante mucho tiempo. El caso es que, a pesar de que la
traducción “Epiléptico” es más fiel al sentido original, me gusta más
“La ascensión del gran mal”. Resulta más potente.
Es este uno de los tebeos de corte autobiográfico más fascinantes que jamas haya leído. Probablemente junto a “Píldoras azules”, del suizo Frederick Peeters, del que también os hablé por aquí. En él, su autor -David B., seudónimo de Pierre-François
Beauchard- nos cuenta la “aparición” de la epilepsia en su hermano mayor y la
manera en que esto afectó a la vida familiar. Como pasó su infancia y especialmente
el duro tránsito a la madurez al lado de su hermano mayor, Jean-Christophe,
cuyos ataques epilépticos se irán agravando. Y como durante toda su vida hubo
de enfrentarse al rechazo que la enfermedad de su hermano causaba entre la
gente. Se ha de tener en cuenta que estamos en los años 70 y primeros 80,
cuando los conocimientos sobre esta afección cerebral crónica no eran tan
amplios como hoy día. De hecho cuando la epilepsia se percibía más como una
suerte de maleficio en lugar de como una enfermedad. Por ese motivo sus padres
se agarrarán desesperadamente a cualquier curandero, especialista en comida
macrobiótica, salvador de almas, guía espiritual o mentalista que ofrezca una
posible solución.
Durante todos esos años, David se escudará en su inagotable imaginación,
volcándose en sus aficiones lectoras y en el dibujo de abigarradas escenas
bélicas, animales mitológicos o seres fantásticos, deidades de todas las
religiones habidas y por haber… Suponemos que de ahí surge su peculiar estilo,
presente en este álbum y en el resto de su obra gráfica. Esas viñetas colmadas
de dibujos, aunque siempre equilibradas. Utilizando el blanco y negro para plasmar
conceptos abstractos como la enfermedad, el miedo o el desamparo. Un dibujo
bien chulo, la verdad.
En realidad “Epiléptico” es una declaración de amor fraternal. Pese a todos los
encontronazos e incomprensiones, los malos momentos, los altibajos continuos, el autor acaba asumiendo que
la enfermedad de su hermano también forma parte de él. Y no puede desprenderse
de ella sin hacerlo también de una parte muy importante de sí mismo.
Y vaya que, tras una larga espera, por fin he podido confirmar todo lo bueno que
de esta novela gráfica había escuchado y leído. Gracias a la gente de la
editorial Sins Entido, que han tenido la brillante idea de reeditarla en
un solo tomo y al módico precio de 20 euros. Una gran oportunidad para
disfrutar de uno de los mejores cómics de la historia según la revista Time (sobra
decir que esta cuestión es claramente discutible, pero yo no tengo el bagaje suficiente para hacerlo).
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