Jared Joseph Leto, nacido el 26 de diciembre de
1971 en Dossier City, Louisiana, ha pasado en los últimos años de ser un
actor semidesconocido para el gran público a famoso cantante de rock, al frente
de su banda 30 Seconds To Mars. A pesar de debutar en el mundo de la
interpretación en la serie “Camp Wilder” (1992), su presentación en
sociedad aquí fue a través del papel de Jordan Catalano, en “Es mi vida” (1994).
Para los que no os acordéis de él, hablo del guaperas alternata por
quien bebía los vientos la protagonista Angela Chase, personaje este interpretado
por la hoy muy conocida Claire Danes.
La verdad es que la carrera de Leto como actor no
destaca por una cuidada elección de papeles, alternando algunos proyectos
interesantes con un montón de producciones de dudosa valía. Entre los proyectos
interesantes cabe destacar su participación en un par de películas dirigidas
por David Fincher. Se trata de “El club de la lucha” (1999), en la que
encarna a Angelface, aquel chaval al cual Edward Norton le desmonta la
cara en una de las peleas celebradas en el club; y de “La habitación del pánico” (2002) interpretando a Junior, el cabecilla de
los ladrones que entran a robar en la vivienda donde se desarrolla la trama. Más
interesante es su aportación a la genial película “Réquiem por un sueño”
(Darren Aronofsky 2000), en la que se mete en el papel de un yonqui desesperado
y en constante huida hacia no se sabe dónde. Aunque quizás, la mejor película
en la que ha participado hasta ahora es “La delgada línea roja”
(1998) de Terrence Malick, en un papel bastante secundario. Su debut
cinematográfico se produjo unos años antes en “Donde reside el amor” (1995),
dirigida por Jocelyn Moorhouse, mientras que su última interpretación es la del
personaje de Nemo Nobody en “Mr. Nobody” de Jaco Van Dormael y cuyo
estreno está anunciado para el próximo año.
En su faceta musical Leto es el líder de los
arriba mencionados 30 Seconds to Mars, donde se desempeña como vocalista y
guitarrista, siendo además el único letrista y compositor. La banda, fundada en
1998, se completa con su hermano mayor Shannon a la batería, su amigo Tomo
Milicevic en la guitarra principal y el reciente fichaje Tim Kelleher al bajo.
El sonido de 30 Seconds To Mars no oferta nada nuevo dentro del
panorama del metal, siguiendo la estela de otros grupos más o menos coetáneos
como los Linkin Park, a los que han teloneado en alguna ocasión. Fusionan
elementos propios del rock con la electrónica, incluyendo en lo estético más
que nada, algunos guiños a la cosa gótica. No se puede obviar que, en su último
disco, hayan sido producidos por el puto Josh Abraham. Dejando su impronta en
la evolución sonora de la banda. Hasta el punto de que, desde algunos medios, se
ha incidido en las similitudes de este último disco de 30 Seconds To Mars, con
los dos primeros álbumes de Orgy. Tengo mis reservas, si bien es cierto
que en algunos momentos, los elementos electrónicos pueden recordarnos a la
banda del otrora grande Jay Gordon.
A fecha de hoy, la banda ha publicado dos discos.
Un debut sin título que apareció en el 2002 y el último del cual os estaba
hablando y que se titula “A Beautiful Lie”, publicado en 2005. Es en este
segundo álbum donde alcanzan un equilibrio que no se apreciaba en el debut,
definiendo un sonido más propio. Un disco mucho más redondo en donde la
diferencia entre los singles y el resto no es tan acuciada como en su
primer álbum, donde la diferencia era insalvable. Si bien, según percibo, “A
Beautiful Lie” goza de mucho menor apreciado por parte de sus fans. Ellos se lo
pierden. Mención aparte merece el video musical del sencillo “From
Yesterday”, que en su versión cinematográfica dura más de trece minutos y es el primer
video americano de rock rodado íntegramente en la República Popular de China.
Un videoclip muy potente con el que ponen imágenes a una de las mejores
canciones en la trayectoria de la banda.
Vaya y que ni soy un gran fan de la banda, que me parece correcta tirando a fulaca, ni tampoco
del Jared Leto actor, a quien no recuerdo un papel deslumbrante. Pero me
apetecía recoger aquí la doble faceta artística del tipo que encarnó a Jordan
Catalano.
Pos
eso.
Y freedom for Catalano.
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