El Ángelus, 1857-1859
Óleo sobre lienzo
Museo de Orsay
Algún día escribiré un artículo sobre la
interesante figura de Jean François Millet (1814 - 1875), cofundador de
la escuela de Barbizon e introductor del realismo en Francia. Su
preocupación por los temas campesinos lo convertirá en un referente para
movimientos sociales que verán en su obra una crítica explícita a la sociedad
de la época.
Pero si me ocupo aquí de este pintor es para ejemplificar la siempre difícil relación entre los creadores y la crítica de arte. Y quien mejor para representar estos últimos que el crítico por antonomasia: Charles Baudelaire. Y es que resulta curioso comparar la pésima acogida de la obra de Millet entre sus contemporáneos, con la elevada consideración de la actualmente goza.
"El Sr. Millet busca particularmente el estilo; no lo oculta, hace alarde y se vanagloria de ello [...]. El estilo le da mala suerte. Sus campesinos son pedantes que tienen una opinión demasiado elevada de sí mismos. Ostentan una especie de embrutecimiento sombrío y fatal que me produce deseos de odiarlos. Cosechen, siembren, hagan pastar a las vacas o esquilen a los animales... En su monótona fealdad, todos esos pequeños parias tienen una pretensión filosófica, melancólica y rafaelesca. Ese impedimento, en la pintura del Sr. Millet, echa a perder todas las bellas cualidades que atraen en un principio la mirada hacia él."
Salón de 1859. Cartas al Sr. Director de la Revue Française. Charles Baudelaire
Bendita fealdad.
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