A finales del verano, comiendo un delicioso plato de
colorao con patacones en el centro de Puerto Viejo, reclamó mi atención un
enorme póster en el cual se veía la figura altanera de un capitán de barco de
raza negra. Una vez hechas las pesquisas necesarias descubrí que se trataba de
Marcus Garvey, escritor, periodista y empresario nacido en Jamaica el
17 de agosto de 1887 y muerto en Londres el 10 de junio de 1940. No es casual
que el póster estuviera junto a los de Bob Marley, Malcolm X, Haile Selassie o
Barack Obama, ya que Garvey, al igual que estas cuatro personalidades de raza negra, es toda una leyenda para la población tica de la
provincia de Limón, en su mayoría de origen afro-caribeño. Más aún cuando el propietario del
restaurante en el que estabamos es Edwin Patterson, un conocido miembro de la Asamblea Legislativa
de Costa Rica muy significado en la defensa de los derechos de la minoría
negra, de la cual forma parte.
Siendo un personaje polifacético, a Garvey se le
conoce fundamentalmente por ser el fundador de la UNIA (Asociación Universal
para la Mejora del Hombre Negro), cuyo objetivo era la unión de toda la gente de origen africano del mundo
en un sólo cuerpo para establecer un país y un gobierno absolutamente propios. Seguro
que habréis visto mil veces la bandera de la UNIA (con tres bandas de color rojo, negro y verde) en
pósters, camisetas, gorras o banderas. Si mal no recuerdo, incluso entre mi
grupo de amigos había quien lucía una gorra en la que, sobre los mencionados
colores, aparecía una gran X amarilla, en referencia al gran líder
afro-americano Malcolm X.
En
consonancia con el objetivo que se marcó, Garvey propugnaba que "el éxito
educativo, industrial y político se basa en la protección de una nación fundada
por nosotros y esa nación sólo puede estar en África", para lo cual creó
una compañía de barcos de vapor para el transporte a África, la Black Star Line.
Con esta línea naval, el Capitán Garvey pretendía trasladar hasta las costas
africanas a cientos de miles de negros norteamericanos y caribeños, para la
refundición de su deseada Arcadia en la Madre África. Sin embargo este cuento
no acabó bien para él, siendo encarcelado en los EEUU y posteriormente
deportado a Jamaica, acusado de vender acciones falsas de la Black Star Line.
Esto me ha recordado una historia que le leí al gran periodista polaco Ryszard Kapuscinski, relatada en las páginas de "Ébano". Transcurre unos años antes del nacimiento de Garvey y hace referencia a Liberia. Al parecer fue en 1821 cuando un barco de la American Colonisation Society atracó en el lugar en el cual hoy se asienta Monrovia. A bordo del mismo iba un tal Robert Stockton, que llegaba con la misión de adquirir esos territorios para poblarlos con aquellos esclavos de las plantaciones de algodón de Virginia, Georgetown y Maryland que habían conseguido el estatus de hombres libres. Se pensaba que la mejor indemnización que se les podía dar por los servicios prestados era el retorno a la tierra de sus antepasados y por ese motivo fueron llegando, año tras año, barcos repletos de libertos que se iban a instalar en la costa liberiana. Sin embargo, en lugar de integrarse, estos nuevos habitantes del país se consideraron superiores a los lugareños, por lo que instaurarán un regimen de apartheid en el cual ellos son los ciudadanos y como tales detentan el poder, mientras que los "tribesmen" no gozarán de consideración alguna. Es más, para poder diferenciarse de estos últimos, los américo-liberianos irán siempre ataviados de un frac, con pantalones tipo Spencer, sombrero de hongo y guantes blancos, ello a pesar del calor y la humedad reinante en esa parte del mundo. Y aún peor que eso, copiando los modelos esclavistas que ellos conocían y habían padecido, llegarán a hacer lo mismo con los lugareños para que trabajen en sus plantaciones y hogares. Los esclavos de ayer, pasaron a ser los amos de hoy. Otro cuento más con un horroroso final... más aún si vemos la catástrofica situación en la que se encuentra Liberia, un país miserable, devastado y en guerra permanente. El país de George Weah.
En fin, que esta historia no iba de Liberia sino de Marcus
Garvey, a pesar de sus claroscuros vitales, el primer héroe nacional de Jamaica
y padre de la ideología rastafari.
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